Qué significa ser un discípulo
“Venid, seguidme, y os haré pescadores de hombres.” – Mateo 4:19

Cuando Jesús caminó a lo largo del Mar de Galilea y llamó a Pedro y Andrés, su invitación fue radical en su simplicidad: “Síganme”. No les presentó un
libro de texto de teología, una lista de reglas ni un conjunto de logros espirituales. Los llamó a una relación. Y a partir de ese momento, todo cambió

Ser discípulo significa más que asistir a la iglesia o identificarse como cristiano. En tiempos bíblicos, un discípulo era alguien que se unía a un maestro con el objetivo de llegar a ser como ese maestro en todos los sentidos: en pensamiento, carácter y acción. Jesús no estaba llamando a estos pescadores a un sistema religioso. Los estaba llamando a sí mismo. Y también te está llamando a ti.

Jesús dice: “Yo te haré”. Eso significa que no espera que te transformes. El discipulado no se trata de esfuerzo ni de perfección; se trata de entrega. A medida que caminas con Él, Él asume la responsabilidad de formarte en alguien que refleje su corazón. Pero el llamado a seguirlo también es un llamado a dejar algo atrás. Cuando Pedro, Andrés, Santiago y Juan oyeron la voz de Jesús, inmediatamente dejaron sus redes —su sustento, identidad y seguridad— y lo siguieron. El llamado al discipulado siempre desafiará tu zona de confort. Jesús no oculta el costo: “Si alguno quiere ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lucas 9:23).

Esta no es solo una decisión momentánea. Es un compromiso diario: dejar ir tus planes, confiar en Su voz y vivir bajo Su liderazgo. Y, sin embargo, es la vida más gratificante posible. No solo estás siguiendo reglas; estás caminando con un Salvador vivo que promete estar contigo siempre y hacerte fructífero. No solo te pide que creas en Él, sino que te pide que lo sigas. ¿Responderás?

Puntos clave:
– El discipulado comienza con una relación, no con el rendimiento.
– Jesús asume la responsabilidad de formar a Sus discípulos.
– El verdadero discipulado requiere entrega, no solo fe.
Escritura para leer juntos:
Mateo 4:18–22, Lucas 14:25–33, Mateo 28:18–20
Preguntas de reflexión:

  1. ¿Qué significa para ti personalmente “seguir a Jesús”?
  2. ¿Hay algo en tu vida que Él te esté pidiendo que dejes atrás?
  3. ¿Cómo sería para ti decir “sí” a su llamado hoy?

Práctica espiritual:
Escribe una breve oración o carta a Jesús:
“Jesús, elijo seguirte hoy porque…”
Versículo para memorizar:
“Síganme, y los haré pescadores de hombres.” – Mateo 4:19